El reconocido diario estadounidense The Washington Post dedica su editorial de este viernes a la crisis en Venezuela, y las recientes medidas del gobierno de Nicolás Maduro para inhabilitar políticamente por 15 años a María Corina Machado.
The Washington Post
En el texto, el diario estadounidense insta al presidente Biden a “a ajustar con urgencia” su estrategia sobre Venezuela.
“Se acerca rápidamente el momento de que la administración Biden desarrolle un Plan B, en coordinación con gobiernos afines, tanto dentro como fuera de América Latina”, afirma el diario.
De igual forma, en el editorial comparan la política del expresidente Donald Trump y exhortan a la actual administración a no “fracasar”.
“Biden tenía razón en que la política de su predecesor no restableció la democracia y la prosperidad en Venezuela, cuya situación desesperada, junto con la migración masiva que desencadenó, se ha convertido en una fuente de inestabilidad para todo el hemisferio occidental. Ahora, tiene que ajustar su propia estrategia, con urgencia, para que no ocurra otro fracaso similar durante su mandato”, afirmaron.
A CONTINUACIÓN TEXTO ÍNTEGRO DEL EDITORIAL
María Corina Machado, exmiembro electa de la Asamblea Nacional de Venezuela, ha ido ganando terreno como la potencial abanderada de la oposición democrática de ese país autocrático en las elecciones programadas para el próximo año. Encuestas creíbles la proyectan a la cabeza en las primarias del 22 de octubre de este año, a través de las cuales los opositores al presidente Nicolás Maduro planean seleccionar un solo candidato para competir contra él.
Pero ahora parece que la Sra. Machado nunca tendrá la oportunidad. El régimen de Maduro anunció el 30 de junio que está inhabilitada para ocupar un cargo público, durante 15 años, supuestamente debido a su apoyo anterior a las sanciones de Estados Unidos contra Caracas. La Sra. Machado prometió continuar con su campaña, argumentando, plausiblemente, que el intento de prohibirla es una señal de debilidad por parte de un gobierno impopular que “sabe que ya está derrotado”.
El hecho es que Maduro probablemente pueda obligarla a quedarse al margen si está decidido a hacerlo, al igual que el dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, prohibió a sus principales oponentes postularse en 2021. Otros dos principales candidatos de la oposición en Venezuela ya enfrentan prohibiciones. Y el régimen de Maduro anunció recientemente un reemplazo completo del Consejo Nacional Electoral de 15 miembros, que supervisará las elecciones generales en 2024. A cargo del proceso de contratación: la esposa de Maduro, Cilia Flores.
Todo lo anterior amenaza las ya escasas posibilidades de una transición democrática pacífica en Venezuela, que la necesita desesperadamente después de una década de colapso económico, represión política y corrupción sistemática bajo el mando de Maduro.
La política de EE. UU. no logró promover tal cambio bajo el presidente Donald Trump, quien probó la “máxima presión” en forma de sanciones económicas intensificadas y el reconocimiento diplomático mundial de un gobierno interino encabezado por el político opositor Juan Guaidó. El presidente Biden abandonó ese curso a favor de uno nuevo basado en negociaciones entre la oposición y Maduro y la movilización de activos venezolanos congelados para un fondo de ayuda humanitaria. A Caracas se le ha ofrecido el alivio de sanciones selectivas como un incentivo para comprometerse de buena fe con sus enemigos internos. La concesión estadounidense más importante hasta el momento ha sido permitir que Chevron reanude la producción limitada en el país rico en petróleo.
https://www.washingtonpost.com/opinions/2023/07/06/maduro-democracy-venezuela-biden-plan/